Mi madre siempre decía, "a las mujeres ni con el pétalo de una rosa" intentando persuadirme para que fuera un caballero con ellas, pero luego confundieron mi amabilidad con coqueteo.
Sucedió en el Colegio y luego también en la universidad, fue frustrante sentir, ser el RARO, al que no toman en cuenta, pero no sabia que hacer, era amable, mandaba cartas, regalaba flores, pero a ninguna parecía gustarles.
Era muy curioso, a simple vista todo era muy sencillo y aun así yo no lograba encajar.
Empezaban las comparaciones con otros compañeros.
¿Que tiene el, que no tenga yo?
¿Por que con el y no conmigo?
Mi relaciones con los chicos, eran aburridas. Me parecían inmaduros, básicos, sin aspiraciones, muy dependientes de mamá y papá. Y empece a aislarme evitaba relacionarme, mi rutina se convirtió en; clases, gimnasio, casa. y al día siguiente igual.
Hasta que un día, luego de casi dos años en la universidad, mucho estudio de la carrera, cursos, libros, y algunos documentales, empece a entender el porque, de algunos comportamientos.